Encuestas contra realidad

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La campaña presidencial de 2018 trae, como en las ultimas elecciones, una cantidad de encuestas con números que llegan a ser más una ilusión que una realidad.

Si tomamos el promedio de encuestas que publicó el periódico El País, el 31 de marzo, los números son:

Andrés Manuel López Obrador, 41.20 %,; Ricardo Anaya, 28.2 %; José Antonio Meade, 21.9%; Margarita Zavala, 5.6% ; “Otros”, 3.2%.

Estos números se dan al integrar el porcentaje de las personas encuestadas que se definieron como indecisas o que dijeron que no votarán, las cuales constituyen el 21%.

Si descontamos esas personas y solo consideramos a quienes dieron su voto a los candidatos, los números son: López Obrador, 32.5 %; Anaya, 22.3 %; Meade, 17.3 %; Zavala, 4.4%; “Otros” 2.5%; “No sabe”, 21%.

Entiendo que son ejercicios numéricos que pretenden proyectar la intensión de la votación, pero los mismos generan muchas dudas y podrían ser, en gran medida, culpables de un posible conflicto postelectoral.

Con la intención de tener una mayor claridad acerca de lo que dicen estas encuestas, empecemos por ponerle votos a los porcentajes.

Para 2018 tenemos un total de 89,994,039 ciudadanos inscritos en el padrón electoral. En las últimas tres elecciones presidenciales (2000, 2006, 2012) la participación ha sido de 63.9%, 58%, y 63%, respectivamente, por lo que podríamos considerar como promedio 61.9%, lo cual nos daría 57,706,310 votos para el 1º de Julio de 2018. Vale la pena considerar un 2% de votos nulos, que ha sido el mismo porcentaje para las tres últimas elecciones.

Teniendo esta cantidad de votos, lo que las encuestas nos dicen es que los candidatos tendrán los siguientes:

AMLO 18,131,290, Anaya 12,410,252, Meade 9,647,745, Margarita 2,464,448, otro 1,408,255 y no sabe 11,654,317.

Entiendo que algunos ya consideran reales estos datos, pero no tenemos la intención de cuestionar el liderazgo de ningún candidato, sólo poner sobre la mesa algunos números que pueden ayudar a entender el por qué las encuestas no están midiendo lo que pasará en la elección de julio.

El peor resultado electoral para presidente por parte del Partido Acción Nacional en este siglo fue en 2012, cuando obtuvo 12,786,647 votos. En el caso del PRI, su peor resultado fue en la elección de 2006, cuando obtuvo 9,301,441 votos. Algo muy curioso es que estos números son muy similares a lo que las encuestas nos dan, pero hay que considerar otros puntos.

En el caso del PAN en 2012, la así llamada Guerra contra el narcotráfico tenía totalmente desgastada a la administración calderonista. Por el resultado de esa elección no hubo ruptura aparente, pero tampoco apoyo del círculo cercano a Calderón, ya que la mayoría obtuvo su curul vía plurinominal y se olvidaron de su compañera de gabinete, Josefina Vázquez Mota, candidata.

Para  2006 la historia es otra: Roberto Madrazo obtuvo su candidatura al bajar de la contienda a quien iba en representación del famoso grupo llamado TUCOM (“Todos Unidos Contra Madrazo”) Arturo Montiel, a quién el periódico Reforma descubrió una casa espectacular, y así se generó un escándalo que disuadió a Montiel de participar. El PRI se dividió, entre FCH y AMLO.

Para 2018, en el caso de Anaya hay que agregar que no va solo con el PAN sino con Movimiento Ciudadano (MC) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD); y aunque el PAN sí tiene una ruptura por lado de los seguidores de Zavala, la misma es menor a lo que le suma PRD y MC.

Por el lado el PRI, hoy no parece verse un PRI dividido; de hecho en el equipo de campaña Meade, tiene a gente muy de su confianza, pero por otro lado están los coordinadores de campaña, que son gente de muchos años en el PRI, como Manlio Fabio Beltrones y Rubén Moreira, por nombrar algunos, pero claramente la maquinaria del partido está unida y ocupa todo su aparato para no perder las elecciones; también hay que considerar que vienen con ellos el Partido Verde y Nueva Alianza, que al final les suman votos.

Tomando como base los votos que los actuales contendientes obtuvieron en 2015, hay que considerar que la participación fue de 45% y el padrón un 7% menor, pero solo sumando los votos obtenidos por las coaliciones, nos dan los siguientes números: Meade (PRI, PV, NA) 15,883,779, Anaya (PAN, PRD, MC) 15,147,170, AMLO (MORENA, PT, PES) 5,806,140.

Más allá que el carisma de AMLO pueda generar y captar votos, es importante considerar que estos números son de hace dos años y medio, cuando ya había pasado el escándalo de La Casa blanca, y donde Margarita Zavala ya amenazaba con salirse del PAN.  Ahora bien,  si a estos números les aumentamos el crecimiento del padrón electoral y el aumento en la participación ciudadana, quedarían de la siguiente forma:

Meade 22,703,804, Anaya 21,660,453, AMLO 8,302,780 votos.

No pretendemos dar una predicción en contra de las encuestas y que favorezca a las dos grandes estructuras, sino mostrar que las encuestas no están midiendo el tamaño de esas dos grandes maquinarias.

Entendemos que AMLO es un gran candidato, que existe un gran descontento por la actual administración, por todos los escándalos de corrupción de este sexenio, pero de eso a que ambas estructuras estén en sus mínimos históricos todavía puede haber un gran trecho.

Tampoco podemos decir todavía que AMLO esté subiendo como la espuma. De ser cierto esto, ¿por qué Morena no ha ganado una elección estatal? En el Estado de México, el candidato –en la práctica- fue López Obrador, y teniendo sus bases pegadas, no logro ganarle al PRI. Que hubo una elección de Estado y toda la maquinaria trabajó para que ganara el PRI, es innegable, pero, ¿acaso en está elección no pasará lo mismo?  En 1995, Vicente Fox contendió por la gubernatura de Guanajuato, y ganó 58 % vs 32% del candidato del PRI. Si AMLO va en gran aumento, ¿por qué no pudo ganar el Estado de México?

Si le agregamos a esto el dinero que cada coalición tiene para esta elección, los datos cuestionan más los números de las encuestas. El PRI tiene $2,700,000,000.00 pesos. El Frente 2,500,000,000.00 pesos y Morena 1,600,000,000.00 pesos.

Vale la pena tomar en cuenta que el Frente de Anaya gobierna 16 estados y el PRI gobierna 14; con el Verde gobierna 15, más el gobierno federal.

En la práctica, entre Meade y Anaya se reparten el presupuesto del país.

El hecho de que entre Anaya y Meade gobiernen el país, no sólo es representativo para efectos de los recursos que pueden obtener, sino también nos obliga a considerar la presencia que tienen en cada entidad, así como los programas sociales y demás beneficios que puedan traducirse en simpatías que se conviertan en voto.

Morena cuenta con mucha intención aparente y prácticamente nada de estos recursos.

Un punto más para AMLO es que el bastión Morenista se encuentra en la Ciudad de México, donde no gobiernan. ¿Podrán con las dos elecciones?  La pregunta va más allá, ¿Tendrán los recursos para dos batallas épicas? ¿Cuentan con la estructura para poder luchar ambas elecciones?

Importante revisar los números que no vienen de las encuestas, comparar las predicciones y sacar  conclusiones propias.

 

Mauricio Volpi
Director de Nostra Ediciones y Panorama Editorial.