Voto razonado, certidumbre y moderación

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Razones

JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ

En apenas una semana cayó el gobierno de Mariano Rajoy en España: una condena de corrupción por financiamiento ilegal al Partido Popular, con penas de 33 años de prisión a los principales involucrados, fue la gota que derramó el vaso y permitió que vía una moción de censura en el parlamento (la primera en 33 años de democracia), y una alianza inverosímil, donde caben desde Podemos hasta los nacionalistas catalanes pasando por el conservador Partido Nacionalista Vasco, y que deja afuera a los dos partidos mayoritarios en el Congreso, el PP y Ciudadanos, permitió que el socialista Pedro Sánchez se haya convertido en Presidente del gobierno español.

En Italia, otra alianza extraña entre los grupos populistas de derecha e izquierda, la Liga Norte y el Movimiento 5M, colocó como primer ministro a un desconocido que jamás ha tenido un cargo público, Giuseppe Conte, un gobierno que coquetea, como todos los populistas europeos, con la idea de dejar la Unión Europea.

El gobierno de Donald Trump se lanzó la semana pasada a una guerra comercial contra sus socios y aliados que terminará siendo una catástrofe para el comercio global. Impuso aranceles en acero y aluminio a la Unión Europea, Canadá y México y aspira a romper los acuerdos comerciales regionales para establecer acuerdos país por país, olvidando la profunda integración existente en la producción, las finanzas y el comercio. Las represalias han sido inmediatas. En ese contexto la renegociación del TLC parece cada día más lejana.

En México, este fin de semana fueron asesinados tres candidatas locales, un dirigente priista en Quintana Roo, ametrallaron a seis policías desarmados en Salamanca, Guanajuato y a otros en Puebla, mientras que nuestros candidatos no terminan de asumir una posición común ante la inseguridad, entre la ambigua amnistía a los criminales de López Obrador y la firmeza que en los últimos días ha mostrado sobre el tema Meade, mientras que Anaya navega en sus propias contradicciones. Tampoco los candidatos han tenido una posición común ante los aranceles estadunidenses y las represalias adoptadas por el gobierno mexicano. Meade se muestra como el más capacitado para enfrentar el difícil e impredecible contexto internacional; Anaya dice que la respuesta es insuficiente y habla de diversificar mercados; López Obrador le pide al presidente Peña Nietoque asuma personalmente el conflicto, pero él dice que está en etapa de paz y amor, cuando le preguntan sobre qué posición tomar ante Trump. Cuida su ventaja y flota.

Nadie puede así garantizar certidumbre. La vida política nacional e internacional es más volátil que nunca y las alianzas y acuerdos políticos pueden hacer llegar al poder a las expresiones políticas más extrañas, menos ideológicas y más nacionalistas, en un contexto donde, incluso, la definición de populista se está quedando corta para definir el fenómeno. En este contexto, algunos empresarios han pedido un voto razonado que en ciertos casos ha sido interpretado, con razón, como un pedido de voto anti-López Obrador. Desde el INE se les ha reclamado para “que no enturbien la elección”. Me parece algo sin sentido: los empresarios (en realidad ese grupo de empresarios, porque en el empresariado hoy conviven todas las expresiones políticas, incluyendo muchos lopezobradoristas) tienen todo el derecho, como en cualquier democracia del mundo, de expresar claramente sus preferencias electorales. Nadie se asombra si Bill GatesWarren Buffett o Rupert Murdoch opinan sobre las elecciones en Estados Unidos y dan su apoyo explícito a un candidato e incluso lo financian. Nadie se asombra si el New York Times, el Washington Post o el Wall Street Journalen sus páginas editoriales llaman a votar por un candidato en concreto o si en pantalla hacen lo mismo CNN y Fox News. Lo mismo sucede, o debería suceder con nuestros empresarios, medios de comunicación, artistas, sindicatos, con todo aquél que tenga intereses en expresar su opinión sobre la elección y sobre los candidatos. No veo cómo ello puede enturbiar la elección, sobre todo, cuando lo que se pida es razonar el voto.

Lo que los candidatos deben garantizar es la certidumbre. Lo que enturbia la elección es eso: la profunda incertidumbre que alimentan muchos de los candidatos, y su lenguaje de profunda desconfianza en las instituciones. En España, el gobierno de Rajoy cayó por un grave caso de corrupción que se combinó con una larga suma de desaciertos políticos. Pero el propio Rajoy en su despedida fue respetuoso del proceso institucional, acudió al parlamento a felicitar a Sánchez, su sucesor y éste se apresuró a decir que implementaría un gobierno de “autocontención con un programa de estabilidad, moderado, realista y de consenso”. Quién sabe si el socialista lo logrará con su precaria mayoría, pero ésa es su intención en un mundo demasiado convulsionado como para actuar de otra manera.

Ése es el mensaje que es deseable esperar en México. Los más cercanos a López Obrador (la propia Beatriz MüllerJulio SchererAlfonso RomoRicardo MonrealMarcelo Ebrard) han insistido en forma privada, y en algunas ocasiones pública, en que eso hará su candidato de llegar a la Presidencia. No estaría nada mal escucharlo de él mismo.

Fuente: excelsior.com.mx