FÉLIX CORTÉS CAMARILLO
La semana pasada, Ricardo Anaya le dio un vuelco espectacular a la andanada de denuestos múltiples en contra de los candidatos a la Presidencia de la República. La difusión de un video de origen anónimo develando más detalles sobre la supuesta asociación delictuosa del queretano para triangular dinero en la compra de unas bodegas en Querétaro y obtener de su venta millonarias ganancias, que dieran sustento a su campaña para comprar así futuras complicidades, fue denunciada inmediatamente por Anaya como originada en la Presidencia de la República.
No solamente eso; le puso nombre y apellidos y denunció que detrás de ese “compló” estaba Enrique Peña Nieto. Fue más allá y explicó que la motivación presidencial se había detonado porque él —Anaya— había dicho en la Universidad Iberoamericana, de ingrata memoria para Peña, que el Presidente era un corrupto.
El asunto no tiene precedentes. Nadie había osado hacer a un Presidente de la República una acusación tan grave que, gane o pierda dentro de 20 días, el panista tendrá que sustentar. Por su parte, el gobierno federal, a través del secretario de Gobernación y del vocero de la Presidencia, negaron cualquier injerencia en el video que terminó con un tradicional “continuará…”
Obviamente, una de las dos partes está mintiendo. Pero en el amor y en la guerra todo se vale, y la política es la versión sutil de la guerra, y las mentiras parecen ser su núcleo. . Cualquier acción del gobierno en su contra antes del 1 de julio sería considerada como violatoria de la libertad de expresión. Los otros dos contendientes, Meade yLópez Obrador se han distanciado de la pugna, pero en diferentes tonos han expresado que cada uno de nosotros somos responsables directos de nuestros dichos y nuestros hechos. Lo cual es, perfectamente, válido.
Por lo pronto, los grandes santones de la verdad universal de las elecciones, los que hacen encuestas de preferencias electorales, no han registrado mayor impacto del zipizape en sus pronósticos deportivos para el primer domingo de julio.
Es previsible que tampoco ocurra nada espectacular como resultado del performance de los candidatos en su tercer debate de hoy martes, desde Mérida, que se antoja será tan anodino como los dos anteriores.
Cada vez somos más los que estamos convencidos de que la verdadera, única y válida encuesta se dará el primero de julio, donde veremos de qué correas salen mejores cueros. Lo demás es inventar tazas para zurdos o buscarle chichis a las culebras.
Fuente: excelsior.com.mx
