Meade, contundente y constructivo

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El primer debate entre los candidatos a la Presidencia de la República sirvió para que la ciudadanía constate que, en la próxima elección, sólo existe una alternativa sólida y confiable representada por José Antonio Meade y para corroborar por qué el candidato de Morena es un riesgo para el progreso de la nación.

Hay poco que decir del desempeño de los candidatos independientes. Margarita Zavala hizo un respetable esfuerzo por transmitir ideas de gobierno, pero se perdió, nunca logró espantar el fantasma de los fracasos del calderonismo y su candidatura quedó reducida a un ejercicio testimonial del panismo excluido de su partido.

Jaime Rodríguez CalderónEl Bronco, pasó del efectismo dramático al absurdo con un repertorio de desplantes y baladronadas, sin atinar a precisar propuestas. La moderadora Azucena Uresti no salió de su asombro cuando El Broncoreafirmó su propuesta de “cortar las manos” a los rateros, es decir, mutilar a seres humanos.

El candidato de la coalición Por México al Frente hizo lo que mejor sabe: Soltar propuestas grandilocuentes sin piso en la realidad y mostrar la inmadurez y ambición que genera desconfianza en el electorado. Vimos a un Anaya que ignoró las pocas propuestas que se le conocen y que construyó otras de la nada como simples recursos retóricos.

Del candidato de Morena, ahora se entiende por qué no acudió a los debates en campañas anteriores: Porque no tiene nada que decir, oye, pero no contesta. López lució tozudo, balbuceante y pertrechado en el reloj a lo largo de dos horas. Estuvo cruzado de brazos, a veces agachado, invisible y fantasmagórico. Nunca respondió a los señalamientos de complicidad con delincuentes y gente violenta como la CNTE.

Se quejó de ser el blanco de los otros candidatos ante su desesperante cerrazón. Su pensamiento es obtuso y reiterativo, con una pobre expresividad sostenida en muletillas con las que navegó durante todo el debate. Lo poco que dijo son mentiras flagrantes, declaraciones cínicas, como decir que ha entregado millones de pesos a los damnificados, lo cual está prohibido por la ley. No fue a convencer, sino a ignorar el debate y a la audiencia nacional.

José Antonio Meade, en cambio, se condujo con seriedad, orden, claridad y sencillez. Fue el único que respondió sin rodeos a las preguntas que le plantearon.

Se comprometió al ataque de la impunidad con un nuevo Código Penal Único y explicó claramente los elementos de una estrategia integral de seguridad pública. Sobre el combate a la corrupción, reiteró que apoya eliminar el fuero, transparentó su patrimonio, hará obligatoria la declaración 7 de 7 y consolidará el Sistema Nacional Anticorrupción. Fue enfático al decir que desde Hacienda se integraron los expedientes contra los gobernadores corruptos. En su sexenio no habrá estafas maestras, “no tengo compromiso con nadie”, sentenció.

El debate confirmó la superioridad de Meade. Fue el único que respondió concretamente y definió los mecanismos precisos para que la ciudadanía vigile el cumplimiento de sus promesas de campaña. Se vio al Meade experimentado, conocedor de la responsabilidad presupuestal, de los instrumentos de planeación y de los mecanismos institucionales de control y evaluación.

Pepe Meade convocó a los mexicanos a hacer equipo, a sumar y no dividir y a trabajar por un México con seguridad, confianza, estabilidad y progreso. Meaderepresenta la única Alternativa con Honestidad y con este primer debate avanza en la ruta a la Presidencia de la República.

Autor: Arturo Zamora

Fuente: Excelsiór